Nada en absoluto…. Bueno, no
mucho en realidad. Ellos no pretenden que les demostremos un amor especial,
respeto, admiración, deferencia, agradecimiento, por ayudarnos a crecer hacia
la Luz. Los ángeles en verdad intervienen algunas veces en nuestras vidas, y
están siempre trabajando entre bambalinas para ayudarnos a ser amantísimas
criaturas.
Los ángeles no quieren ninguna
de esas cosas que acabo de mencionar, por lo menos no de una manera especial.
No quieren que les encendamos velas ni que pasemos mucho tiempo rezándoles. Por
cierto, menos aún que les hagamos ofrendas de flores, frutas y cosas por el
estilo. No quieren que la gente se reúna en círculos horas enteras intentando
exclusivamente establecer una comunicación con ellos, hacer que se les dirija
la atención sólo a ellos, como si fueran un fin en sí mismos.
Se niegan en forma terminante a
convertirse en centro de atención. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que, para
un ángel, sólo Dios puede ser el centro de atracción, puesto que en el Centro
está el Señor, sólo Dios es el centro. Lo único que ellos quieren es lo que
quiere Dios. Tal vez sea por eso que algunos equivocados les rezan a los
ángeles; no alcanzan a ver que ellos son los mensajeros, no los mensajes, y por
cierto no son el Remitente. Los ángeles nos dicen:
No somos el comienzo y el fin
de todas las cosas. Somos criaturas como tú y yo. Que no te atrape la idea de
que hacemos planes para ti, que discutimos el futuro de los hombres, que estamos
en condiciones de aportar la salud perfecta y una larga vida al que sepa
apretar los botones adecuados.
No hacemos ninguna de esas
cosas y no queremos que se nos pida hacerlas. Son cosas que pertenecen a las
posibilidades de Dios y no de nosotros. Cuando trabajamos en tu beneficio desde
nuestra dimensión es porque Dios nos creo para hacerlo en esa forma. Cuando nos
oigas, nos veas o nos sientas dentro de ti, es porque nos ha enviado Aquel que
nos creó para que lo hagamos. Carecemos de un mensaje propio; hasta la última
letra de todos ellos pertenecen a Dios y vienen de Dios. No tenemos ninguna
gracia personal para concederte, ningún mensaje privado que ayude al
esclarecimiento. todo eso proviene de Dios.
Te ruego que nuestra luz no te
enceguezca. Es verdad, se trata de una luz gloriosa que maravilla, pero es sólo
nuestra naturaleza la que nos hace así. Consideramos que la combinación de
materia, mente y espíritu del hombre es una manifestación tan gloriosa de Dios
en su diversidad infinita como es de maravillosa en nosotros. Nuestra luz y la
vuestra proceden de la misma Fuente. Somos seres que hemos sido creados. No nos
hicimos a nosotros mismos. Somos servidores, tutores, guías. Es así como somos;
y nos agrada ser así.
En verdad, existen muchas
diferencias entre tu raza y la nuestra. Hemos podido ver cómo vuestro mundo
surgía del polvo del sistema solar. A las órdenes de Dios, hemos ayudado a
ponerlo en movimiento. Os hemos visto crecer en vuestro planeta. No hemos
muerto jamás, ni lo haremos. No nos hemos rebelado contra nuestra naturaleza
como vosotros lo hicisteis contra la vuestra, al menos no volveremos a hacerlo.
No envejecemos ni sabemos de enfermedades. ¿Pero acaso vas a agradecernos por
eso? ¿Tendrías que hacernos ofrendas? No, no. Simplemente somos fieles a
nuestra naturaleza. Sed vosotros fieles a la vuestra: creced, amad, aprended lo
que es juicios, unid cuerpo, alma y espíritu. Es todo cuanto pedimos y, por
otra parte, n siquiera lo pedimos nosotros; es Dios quien lo hace.
¿Habéis notado alguna vez que
los ángeles jamás titubean cuando están en cumplimiento de una misión? No se
detienen ni dejan que pase un solo día. Hacen aquello para lo cual han sido
asignados; y lo hacen con amor, puesto que se hallan colmados de Amor. Luego se
va. Me parece que les preocupa mucho que les pongamos demasiada atención en
ellos y podamos confundir al mensajero con Aquel que los envía.
Esto no quiere decir que
ignoremos cuánto vale en nuestra vida la tarea de los ángeles. Lejos de tal
cosa. Agradeciendo todos los días al ángel de la guarda, y a los otros que le
asisten, por todos los cuidados, todos sus servicios y haciéndolo dentro del
contexto de agradecer a Dios por habernos enviado su ángel por sobre todo lo
demás, y fijando la atención en Él que envía, nos volvemos más sensitivos con
respecto al mensaje, cualquiera sea éste.
* * * * *
ALTARES
Los mismos ángeles sugieren
crear, en cada casa, escuela, hospital o lugar en que se vive en comunidad, un
pequeño espacio destinado a ellos. Los altares no tienen por qué ser grandes ni
vistosos; pueden ser tan sutiles que incluso pueden llegar a pasar
desapercibidos a las personas que comparten vuestro hogar.
La finalidad de un altar es la
de crear un centro de fuerza. Seguramente, en tu casa habrá algún área reducida
que te sirva como foco espiritual. Si no logras encontrar un lugar, batará una
imagen colgada en una pared, y si ni esto es posible, bastará que pensemos
mentalmente y con gran intensidad que aquel rincón es "suyo".
El altar nos recuerda que en la
vida hay algo más que la consabida lucha diaria para sobrevivir y alcanzar el
éxito. Se trata de un lugar en el que esos pequeños objetos, para nosotros tan
sagrados y significativos, pueden estar reunidos y ser tratados con respeto.
Los altares pueden ser
colocados en cualquier sitio, en un tocado, en la repisa de una ventana o una
mesita de noche. Bastará un jarro con flores frescas, siempre que
intencionadamente estén ofrecidas a Él, incluso si no hay una imagen sagrada
para atraer al ángel hacia aquel lugar. Pues será la intensa llamada de tu
corazón quien lo atraerá allí donde queráis que Él esté.
Una vez elegido su puesto,
visualizad el Ángel en aquel lugar, enviadle constantemente pensamientos de
amorosa simpatía, de fraternidad. Por la mañana, párate un momento para una
breve plegaria, pedile ayuda y protección para la jornada que comienza.
Por la noche, antes de irte a
dormir, dirígele otro breve pensamiento de acción de gracias por el día que
acaba de terminar, pidiéndole protección durante la noche para vosotros y para
todos tus seres queridos.
No olvides enviarle un
pensamiento para la paz y para la serenidad de todo aquello que vive.
En forma aparte te daré
oraciones e invocaciones que puedes utilizar, pero lógicamente puedes escribir
otras usando tus propias palabras, lo importante es actuar, lanzar al éter las
guirnaldas de luz de muchos colores de tus pensamientos amorosos. Siempre hay
un Ángel dispuesto a recogerlos y a llevarlos a los pies de Dios.
Puedes sentarte en una silla o
sillón delante de tu altar, y cuando te pongas a rezar, encendé una vela o
prende un sahumerio. La vela representa tu intensa atención, y el sahumerio y
las flores son la oferta de belleza.
Será tu pensamiento el que
consagre aquel lugar. Cuando te retires en oración o envíes un pensamiento
amoroso, el Ángel allí estará, escuchándote.
* * * * *
CIMENTACIÓN
Como los ángeles son mensajeros
celestiales, y por añadidura alados, puede parecerte algo extraño que el primer
paso para conectarse con ellos se llame Cimentación. ¿No sería más lógico
desprenderse de los cimientos? Contrariamente a lo que se pueda pensar, la
cimentación es esencial para cualquier tipo de trabajo espiritual, y te
resultará sumamente útil también en tu vida cotidiana.
Cimentarse significa centrar la
atención en el cuerpo y el estar presente en el momento. Es el acto de reunir
todas tus energías (mentales, emocionales y físicas) y poner pensamientos y
emociones en un equilibrio sereno y armonioso dentro del cuerpo. Cuando estás
cimentada resulta mucho más fácil centrar selectivamente la atención ya estés
trabajando en tu empleo o en un proyecto, y visualizar u oír la voz de tu
ángel, en todo momento que desee meditar.
Pasamos gran parte de la vida
en piloto automático. Tal vez hayas tenido la experiencia, durante un largo
viaje al volante, de caer súbitamente en la cuenta de que estás conduciendo.
Has cubierto, diez, veinte kilómetros, quizás más, cambiando de vías, haciendo
señales y pisando los frenos cuando ha sido necesario, pero tu mente estaba a
"mil kilómetros de allí".
De vez en cuando todos soñamos
despiertos. Cuando esto se torna habitual se le llama "distracción".
Sólo Dios sabe cuántas cosas hemos guardado en el sitio incorrecto, cuántas
citas hemos olvidado, y qué errores hemos cometido cuando el cuerpo estaba
presente pero la mente en otra parte. Eso ocurre cuando no queremos hacer lo
que estamos haciendo, oír lo que alguien dice o estar en donde estamos.
Si no podemos apartarnos
físicamente de una situación, la abandonamos mentalmente. Nuestra atención pasa
a otros pensamientos, otros tiempos, otros lugares. Es fácil detectar a la
persona que no presta atención, porque su rostro tiene una expresión vacía:
"Las luces están encendidas pero no hay nadie en casa".
Aprender a cimentarte, a reunir
y estabilizar tus energías, marcará en tu vida una gran diferencia. Te
permitirá estar presente por completo, alerta y relajada, receptiva. Puedes
comparar la cimentación al amarrar un bote al muelle o plantar en tierra las
clavijas para una carpa. Estar cimentado es estar anclado, en conexión y a
salvo.
Cimentarse es simple, pero
indispensable para establecer una comunicación permanente con tú ángel. Es la
base para el Proceso de Gracia.
Antes de comenzar, busca en tu
casa un sitio donde te sientas muy cómoda, es decir el lugar donde ubicaste tu
altar. El sencillo rito de encender una vela, quemar una varilla de incienso,
poner una flor fresca o llenar de agua un hermoso cuenco te ayuda a calmar la
mente y a establecer un estado de ánimo reflexivo para la cimentación.
Al altar que ya tienes
establecido, quizás te convenga agregar la imagen o la estatua de un ángel que
te agrade. Cada vez que meditas yo haces los ejercicios en ese lugar, lo
consagras. Entra y sal a conciencia y con respecto. Descubrirás que tu lugar de
meditación es como un templo. Almacenará la energía que creas al meditar,
facilitándote el vínculo con tu ángel cada vez que regreses.
Una vez que tengas cierta
experiencia en la conversación con tus ángeles, puede llegar el momento en que
te atraiga la idea de hacer estos ejercicios al aire libre, en contacto con la
naturaleza. Busca un sitio discreto, donde se siente la energía y sepas que
nadie va a molestarte. Sin embargo, al principio te resultará mucho más fácil
concentrarte adentro, donde puedas eliminar las distracciones.
Establecer contacto con los
planos sutiles de la inteligencia angélica consiste en escuchar. Se requiere
silencio y quietud. Busca un momento en que estés segura de no ser
interrumpida. Desconecta el teléfono, la radio y el televisor. A algunos les
gusta meditar con una bella música de fondo, pero tratándose de los ángeles
hemos descubierto que es mejor escucharlos en silencio.
Los ángeles mismos han
confirmado que: "Abre tu corazón a los sonidos del silencio y oirás las
maravillas de todo lo que existe", y aconsejaron: "Recomendamos
reservar un rato dos veces al día, por la mañana y al atardecer, para
aquietarse y, en silencio, llenarse de luz blanca".
Reserva ese tiempo para
aquietarte y aquietar tu ambiente.
Durante los ejercicios de cimentación
no necesitarás anotar nada en tu cuaderno, pero quizás te convenga tenerlo
contigo, para registrar cualquier pensamiento o sensación que se presente
después de hacerlos.
El ejercicio en sí te será dado
en forma separado.
Busca zonas de tu vida en las
que puedas no estar cimentada y piensa en el efecto que eso tiene en tus
relaciones, en tu trabajo y en otros aspectos. A medida que continúes
practicando el ejercicio, fíjate qué diferencia percibes cuando te conectas con
la tierra y el cielo.
Abrirte a tu ángel, un ser que
no vive en el mundo físico, es también cobrar conciencia de tu propio ser no
físico. Durante miles de años, en todo el planeta, curanderos y místicos han
explorado el cuerpo no físico, llamado cuerpo sutil o energético. Este cuerpo y
sus sutiles campos y órganos existe en el mismo espacio que el cuerpo físico y
también a su alrededor. El campo que emana del cuerpo físico recibe el nombre
de aura.
Aunque es invisible para casi
todos nosotros, los psíquicos y otras personas dotadas de visión espiritual
pueden ver dentro del cuerpo los centros de energía o chacras, así como el
campo energético de alrededor; también las plantas y los animales tienen
cuerpos de energía sutil.
* * * * *
ÁNGELES CONSTRUCTORES DE
LA NATURALEZA HUMANA
Ya hemos dicho a grandes rasgos
algo sobre los Ángeles constructores de la naturaleza. Son los que se
transmiten las formas arquetípicas de la materia.
En este específico contexto,
nos referimos a los constructores del reino humano, a las inteligencias
arquetípicas que vigilan los nacimientos, presentes en cada lugar de la Tierra
cuando una mujer está a punto de dar a luz. Así habla Hodson (tengamos presente
que fue un médico y que vio mucho sufrimiento):
"Es por desconocer su
misión y la ayuda que nos pueden dar lo que en estos últimos tiempos ha
convertido el parto en un momento de agonía y muerte. Mientras los hombres
invocaron su ayuda, ellos enseñaron a la raza humana cómo dar a luz a su
progenie con alegría. Verán que su gran sacrificio no será ya más alterado por
el miedo y por los gritos de dolor".
* * * * *
ORACIONES LITÚRGICAS
Las siguientes oraciones se han
recopilado de Misales en uso en la Iglesia Católica y pertenecen a varias
liturgias canónicas.
Al Ángel Custodio
"Oh Dios que en tu
misteriosa Providencia mandas del cielo a tus ángeles para nuestra custodia y
protección, haz que en el camino de nuestra vida podamos ser sustentados con su
ayuda y alcanzar con ellos la eterna felicidad. Por Cristo Nuestro Señor."
(Liturgia de los Ángeles
Custodios)
Para la Protección
Personal
"Oh Dios, que llamas a los
Ángeles y a los hombres a cooperar en tu diseño de salvación, concédenos a
nosotros, peregrinos sobre esta Tierra la protección de sus espíritus Beatos,
que en el cielo están delante de Ti para servirte y que contemplan la gloria de
tu faz. Por Cristo nuestro Señor".
(Liturgia de San Miguel)
Al Ángel de la Gloria
"Nosotros proclamamos,
Señor, tu gloria que resplandece en los ángeles y en los arcángeles: honrado a
estos mensajeros tuyos, exaltamos tu infinita bondad: en los Espíritus Beatos
Tú nos revelas cuán grande eres y amable, más allá de cualquier criatura, por
Cristo nuestro señor".
(Prefacio de los ángeles)
Oración para quien viaja
"Oh Dios, que has
permitido a los hijos de Israel atravesar el mar con los pies secos… concédenos
un camino favorable y un tiempo sereno y tranquilo, de modo que, acompañados
por tu santo ángel, podamos llegar a la meta a la que nos dirigimos, y al
final, al puerto de la eterna salvación. Por Cristo nuestro Señor"
(Liturgia del Itinerario)
Al Ángel de la casa
"Visita, Señor, nuestra
casa y aleja de nosotros toda insidia del enemigo infernal; tus ángeles santos
nos custodien en la paz y tu bendición siempre esté sobre nosotros. Por Cristo
nuestro Señor".
(Liturgia de Completas)
A los Tres Ángeles
Venga del Cielo a nuestras
casas
El ángel de la paz, Miguel,
venga
Portador de serena paz y
relegue al infierno
Las guerras, fuentes de tantas
lágrimas.
Venga Gabriel, el ángel de la
fuerza,
Echa a los antiguos enemigos y
visite los templos
Queridos al Cielo, que Él,
triunfador,
Ha hecho elevar sobre la
Tierra.
Nos asista Rafael, el ángel que
cuida
La salud; venga a curar a todos
nuestros enfermos
Y a dirigir nuestros inciertos
pasos
Por los senderos de la
vida".
(Liturgia de los Ángeles
Custodios)
MEDITACIÓN BÁSICA DE
CIMENTACIÓN
Este ejercicio:” meditación
básica de cimentación” establece las bases para una protección angélica
constante y no solo en el momento de la meditación o de una situación
especifica.
Generalmente no visualizamos a
los ángeles, pero si sentimos la energía que ellos nos proveen, el objetivo es
llenar nuestro cuerpo de vibraciones, abriéndola a la energía cósmica y
angélica.
1) Cerramos los ojos y nos
concentramos en nuestra respiración hasta que se relaje el cuerpo.
2) Vamos a ir recorriendo con
la mente todo nuestro cuerpo. Comenzando por los pies: dirigimos nuestra
conciencia hacia ellos sintiendo su presencia, su contacto con el piso, con los
tobillos, si tienen frió o calor, aprendiendo a percibirlos en perfecta
quietud.
3) Luego, vamos ascendiendo
nuestra conciencia por las piernas, el torso, los brazos, el cuello y la
cabeza, deteniéndonos en cada nuevo lugar.
4) Imaginamos que estamos
rodeados de luz. Aspiramos, inhalamos un poco de esa luz y vemos como recorre
todo el interior de nuestro cuerpo, en forma inversa a como lo acabamos de
recorrer: cabeza-cuello-brazos-torso-piernas-pies.
5) Al exhalar, sacamos del
cuerpo cualquier tensión o dolor que sentimos en el cuerpo o en el alma. Vemos
como se pierden en la luz que nos rodea.
6) Ahora, imaginemos que
pequeñas raíces brotan de la planta de nuestros pies y de la base de nuestra
columna. Crecen hacia abajo, a través del suelo, hasta llegar a la tierra.
7) Continuamos aspirando luz y
exhalando tensión. Mientras tanto, visualizamos como nuestras raíces se
adentran profundamente en la tierra, hasta llegar al centro del planeta.
8) Al exhalar, seguimos
expulsando todas las tensiones y dolores a la luz que nos rodea, pero ahora
dirigimos una parte hacia el centro de la tierra por medio de nuestras raíces.
Donde, todo lo toxico se recicla.
9) Cuando nuestro cuerpo se
siente más liviano y abierto, revertimos el proceso y comenzamos a extraer
energía del centro de la tierra. Es una energía reparadora y nutritiva.
10) Una vez eliminadas todas
las toxinas de nuestro cuerpo, nos concentramos en nuestra respiración y en
nuestro cuerpo, en el lugar donde estamos, mientras la luz se aleja y las
raíces se retraen.
11) Analizamos ahora como nos
sentimos. ¿Qué diferencia notamos? ¿Cómo percibimos la realidad que nos rodea?
¿Cómo nos sentimos con respecto a lo que no podemos ver?
Clase impartida por la Maestra Alexiis (ya un ángel en el cielo)
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